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Contrabando – En Mi Habana

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Los músicos cubanos recorren el mundo con su música y alegría desde el siglo XXI. Algunos músicos cubanos viajaron a Europa, de manera recurrente, en los tempranos años veinte del siglo anterior, consiguieron establecerse por su calidad artística y jovialidad personal. Desde entonces la escena parisina, en particular, ha contado con un número significativo de músicos los cuales han  realizado un alto número de actuaciones y grabaciones, las cuales se han intensificado en la ultima década.

En Bélgica, al noroeste de Europa, trabaja el trombonista, tecladista y compositor cubano Andrés Fernández Ordoñez, el cual ha conformado su agrupación Contrabando, la cual publicó su primera grabación discográfica denominada En mi Habana.

Andrés Fernández Ordoñez, nació en la ciudad Ciego de Ávila, se trasladó a la capital cubana donde luego de integrar varias agrupaciones pasó a formar parte del colectivo Son los que Son del pianista César Pupy Pedroso, viajó a Europa donde ha continuado el desarrollo de su carrera artística.
Todas las canciones incluidas En mi Habana, pertenecen a la autoría de Fernández, a excepción de la clásica descarga cubana Gandinga, mondongo y sandunga del pianista fallecido Frank Emilio Flyn, la cual en esta versión se realiza de manera decididamente bailable sin perder la concepción esencial del número. En mi Habana es un disco ajustado, por su contenido, a las necesidades del bailador del mundo entero. Además de la música cubana contemporánea, fusionada en algunos números con músicas de actualidad comercial como el reggeaton.

La banda interpreta con un estilo personal el merengue, exhibido en dos canciones. La canción Mi gente es una de las favoritas del disco por la musicalidad desplegada y el texto reivindicativo del elemento africano y su historia ancestral, en la cual describe el forzoso transito de la población africana y sus dramáticas vivencias en el nuevo mundo.

En mi Habana es una canción inscrita en la tendencia imperante de muchas obras actuales, la cual promociona turística y culturalmente la capital isleña y sus históricos lugares de referencia. Cubanos y europeos, construyen vínculos sociales y culturales a través de la práctica musical.

Por Roberto Carlos Lujan

Maria [soundcloud params=”auto_play=true&show_comments=true&color=0ac4ff”]https://soundcloud.com/solarlatinclub/maria-contrabando[/soundcloud]

Tracks: 
Mi Gente; Maria; En Mi Habana; Tu y Yo; Gandinga, Mondongo, Sandunga; La Vida; Loco Por Ti; Solo a Ti Mujer; Juana; Mi Merenguera

Musicos
Andres Fernandez Ordoñez: trombon y teclados
Denis Nicles, Jose Luis Montiel: bajo
Amel Serra: congas, timbales y bongo
Sebastian Peña Ortiz: guira y timbales
Thomas Bötcher: piano
Ruben: saxofon
Jose Luis Montiel, Fernando Blanco Moya: vocales

Contrabando, 2007

Mambomania – Serial Dancer

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La agrupación francesa Mambomanía publicó el disco Serial dancer para la compañía independiente Creon Musique. Serial dancer contiene catorce canciones, en las cuales la agrupación Mambomanía presenta valiosas interpretaciones de salsa y ritmos cubanos. En tal sentido, escuchamos números como Como mi salsa y Serial dancer, el cual privilegia el goce del bailador. Mambomanía cultiva la interpretación de algunos ritmos cubanos, a través de algunas canciones como The way you smile (son montuno), Guajira para Óscar (guajira), Ahora Keto (mambo instrumental) y Así me gusta (cha cha chá). Serial dancer incluye el número bailable Dame 5, el cual presenta una fusión singular, dada su introducción con la melodía de la Quinta sinfonía de Beethoven y el pasaje de rap. Los números instrumentales Faut’s calmer y Y’a un mínimum, junto al bailable Serial dancer, nuestros números preferidos.

Por Roberto Carlos Lujan

Tracks: 
Serial Dancer; Los Amantes; Te Vere Llorar; The Way You Smile; Bikini; Dame Cinco; Guajira para Oscar; El Bongosero; Y a un Minimu; Perdon; Ahora Keto; Asi me Gusta; Como Mi Salsa; Faut S’calmer

Musicos
Kelly Keto: bajo
Fayçal Saidani, Dimitri Granger, Gabriel Lebbadi: percusion
Chistophe Renard: teclado
Ronald Alphonse: saxofon baritono
Eric Breton: saxofon tenor
Marc Vorchin: saxofon alto, flauta y direccion
Olivier Caron: trombon
Michel Fallet, Philippe Orillard: trompeta
Frederic Belhassen: vocales
Emmanuel Seguin: vocales y percusion
Patricia Nagera: vocales

Creon Music – 2002

Son de Tikizia – Salsa Retro

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El grupo costarricense Son de Tikizia publicó su más reciente grabación discográfica Salsa-Retro (2010), bajo una realización independiente. Son de Tikizia está integrado por destacados músicos jóvenes, formados académicamente en ese campo específico de las artes.

Salsa-Retro propone exactamente eso: ¡la salsa del ayer! A partir de un repertorio clásico la banda comunica respeto y alegría por las prácticas distintivas de las mejores obras de la salsa: solos musicales, improvisación, descargas colectivas y soneos, bajo el mandato de esta suerte de premisas básicas e insoslayables, Son De Tikizia elabora un discurso musical consciente y sabroso, con el cual seduce a melómanos y bailadores de diferentes generaciones.

Walter Flores ha integrado la Orquesta de las Américas con la cual ha viajado por Norteamérica y Europa como acompañante de figuras como Paquito D’ Rivera y Pavarotti. Walter Flores, pianista y líder de la banda, trabajó como director de orquesta y productor musical por más de 10 años de la magnífica formación costarricense Editus Ensamble.
El disco comienza con el número Fantasía cubana -Cuban fantasy-, pieza memorable del jazz afrocubano, con la cual quizá de manera in-consciente saludan la eterna deuda con esta fuente de inspiración. Esta versión trabaja en su ejecución, un tempo más “apurao o alante” que el empleado en la grabación original de Machito, aunado al matiz propuesto a través de los solos musicales. Perico Mamaguela presenta la combinación de tres números en uno, una especie de medley: Maquino landera, Perico -Quítate de la Vía Perico- y Mamaguela, tan sólo dos nombres se utilizan en el ingenioso nombre propuesto.

Juan soledad nuestra canción preferida del disco, es especial por varias razones: retoma de manera inteligente la tendencia de salsa “dura” de los años setenta, década en la cual la alusión a los personajes anónimos del barrio era recurrente. De tal manera, aludir en este caso a las historias individuales puede servir para enfatizar o resaltar diferentes actitudes o actuaciones sociales. Otra razón especial es la gran dimensión en la cual escuchamos al cantante y trombonista Alfredo Poveda, afianzado en un estilo interpretativo, no pocas veces asociado a Rubén Blades, músico con el cual trabajó durante una década, como trombonista y corista. Esta canción fue grabada originalmente por el grupo costarricense Karibú, luego versionada por la orquesta venezolana Los Satélites de Cheche Mendoza. Junto a Poveda figura el trombonista Marcial Flores, el cual se destaca como solista en el número de salsa instrumental EnDC y en el clásico Sonero Mayor de la autoría de Willie Colón.

El percusionista Pingui Mora, aporta su interpretación en los números Pasión y Navarreteando, éste último un homenaje dedicado al popular músico costarricense Paco Navarrete. Pa’ Curubande yo voy, contiene los solos de Walter Flores  (piano) y Pangui Mora (timbal). Mosaico indestructible reúne algunas de las más populares piezas de la salsa, con lo cual consigue expresar de manera idónea la idea central de este registro.

Tracks: Fantasia Cubana; Perico Mamaguela; Juan Soledad; Pasion; Navarreteando; Pa Curubande Yo Voy; EnDC; Mozaico Idestructible; Sonero Mayor

Alfredo Poveda: vocales y trombon; Walter Flores: piano; Pangui Mora: vocales, timbales y bongo; Miguel Rojas: congas; Mauricio Alfaro: bajo; Marcial Flores, Leo Rodriguez, Cesar Fumero: trombon; Alla Estrada: bongo; Alonso Lopez: timbal; Ricardo Wint: bongo

Por Roberto Carlos Luján

Son de Tikizia, 2010

Delia y su Tumbao – Comunicando

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El bajista Jesús Hernández “Corona” y la cantante Delia González lideran el grupo Delia y su Tumbao, el cual establecido en Amsterdam, Holanda grabó en 2008 el disco Comunicando. Esta producción musical independiente comunica el entusiasmo, la identificación y el gusto por el son, el cha cha chá y la timba, a través de doce canciones. Comunicando cuenta con la participación de los cantantes Miles Peña (Si supieras, si supieras) y Pedro Lugo Martínez “El Nené” (Mi son lo canto yo), junto a reconocidos músicos como David Rothschild (trombón), Juan De La Cruz Antomarchi “Cotó” (tres), Marc Bischoff y Thomas Bottcher (piano) y Liber Torriente (batería y timbales), entre otros. Nuestros cortes favoritos del disco son Comunicación y Si supieras, si supieras

Por Roberto Carlos Luján

Comunicacion [soundcloud params=”auto_play=true&show_comments=true&color=0ac4ff”]https://soundcloud.com/solarlatinclub/comunicacion[/soundcloud]

Tracks: 
Comunicación
A Mi Manera
Si Supieras
Sueño De Ida
Somos Amigos
Amanece
Mi Son Lo Canto Yo
Buscando
Yo Tengo Un Son Que Huele A Caña
Donde Quiera Se Ven
Resuelvelo Tu
Quiero Sentirme Bien

Musicos
Delia Gonzalez: vocales
Miles Pena: vocales
Thomas Bottcher, Robin Van Geerke, Jorge Martinez y Marc Bischoff: piano
Jesus Hernandez “Corona”: bajo y guitarra
Liber Torriente: bateria y timbales
Jan Luc Van Eendenburg y Daniel Patriasz: congas, bongos
Ray Bruisman, Wim Both, Ruth Breuls: trompeta
David Rothshild: trombon
Pedro Lugo “Nene” Martinez y Joaquin Ibañes: vocales
Juan De La Cruz Antomarchi: tres
Alberto Caicedo: coros

Coronatumbao, 2008

CaboCubaJazz – Rikeza y Valor

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El disco Rikeza y Valor de la agrupación CaboCubaJazz, posee el espléndido encanto de propiciar un singular encuentro cultural de músicas procedentes de África y América, registrado en Europa. Es evidente en el discurso musical de la agrupación CaboCubaJazz, la fusión ejercida entre las músicas de Cabo Verde, Cuba y Estados Unidos. El énfasis melódico africano, expresado a través de la dulzura interpretativa del idioma portugués, adquiere un rol protagónico en las canciones propuestas. La canción Rikeza y valor y el tema Contratempo, cuenta con la participación del trompetista estadounidense Brian Lynch, en éste último interviene el saxofonista holandés Ben Van Den Dungen. El cantante colombiano Alberto Caicedo figura en los números Danca ma mi criola, número salsoso-jazzy junto a la cantante Grace Évora, y Pa’ Cabo Verde me voy (cha cha chá). La columba vertebral del grupo CaboCubaJazz, cuenta con el conguero alemán Nils Fischer, el pianista Carlos Mata, la cantante Dina Medina, el baterista Armando Vidal y el bajista Reno Steba.

Walboomers, 2011

Arsenio Rodríguez – ¡El Mayor de los mayores!

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Por Roberto Carlos Lujan

Elaborar un escrito en torno a la obra del músico cubano Arsenio Rodríguez, desaparecido hace un poco más de 40 años, en el año de la conmemoración del centenario de su nacimiento, supone un ejercicio de indudable dificultad por varias razones. En primer lugar, se trata de un músico desaparecido lo cual nos imposibilita poder conocer de viva voz sus inmediatos puntos de vista como ser humano y artista.

En consecuencia, intentar abordar ese aspecto nos obliga a buscar su voz en las interacciones con otras voces: entrevistas, artículos, documentales etc., método el cual sociológicamente se denomina sociología histórica. La mayor confiabilidad depositada en diversos documentos, suele encontrarse de manera fundamental en las grabaciones discográficas. No es posible acceder a su trabajo musical en directo, a través de la asistencia a uno de sus conciertos, se debe acudir a sus diferentes grabaciones discográficas, incluso a las no comerciales, las cuales como es de suponer atesoran momentos históricos de indudable valor artístico. Las actuaciones en directo contienen ejecuciones incomparables por el grado de intensidad interpretativa alcanzado. De tal manera, los empeños por adelantar un trabajo de largo aliento, con rigurosidad y valor analítico, nos debe merecer una consideración significativa a todos los entusiastas de su obra. No obstante, dicho abordaje estará siempre limitado si no se rastrean sus huellas en Cuba su patria natal y en Estados Unidos, país en el cual vivió las últimas dos décadas de su vida.

El mago del tres, el rey de los tumbaos, el ciego maravilloso∗∗∗ y otras designaciones le han sido otorgadas por musicólogos y escritores, en un intento de hacer justicia a su fenomenal musicalidad. La personalidad de Arsenio Rodríguez como sujeto y artista de su tiempo, puede escucharse de manera diáfana a través de su obra musical. Es quizá esa la ventaja incomparable y determinante de un artista con una producción transcendente, frente a otros los cuales han contemporizado su práctica musical tras la elaboración de productos de alta intensidad comercial. Arsenio Rodríguez fue un músico genial de fundamento, con el cual comenzó el moderno desarrollo del son cubano y el guaguancó. Como multiinstrumentista -tresista, percusionista y cantante ocasional-, compositor y director musical cimentó a pulso, con ritmo genial y la consciencia discursiva afrocubana, el camino del son montuno y el guaguancó estilo conjunto, por el cual han transitado cientos y cientos de músicos, junto a líderes de formación. El aporte musical de Arsenio Rodríguez y su Conjunto posee una complejidad y perdurabilidad atemporal, la cual no ha perdido un ápice de interés en el trabajo de músicos, melómanos e investigadores.

Arsenio Rodríguez fue un músico genial con una capacidad de creación incomparable. Modificó el transcurso del son y estableció una forma personal de interpretación del guaguancó en el conjunto de música popular. Desde tiempos inmemoriales el quehacer artístico ha representado para los músicos de origen afro, en el Caribe particularmente, una posibilidad efectiva de movilidad social ascendente mediante la cual alcanzar el respeto y consideración de una comunidad artística específica, así como de la sociedad en general. El trabajo de Arsenio Rodríguez como tresista se ha considerado de extraordinario por su invención de tumbaos interpretados con rápida digitación, los cuales no procedían de cierta naturaleza divina, sino de su temprana relación, experiencia e intensa práctica de la música afrocubana.
“Legendary cuban pianist Bebo Valdés said, “Cachao, Arsenio, Orestes and Arcaño changed music and took it into the 21 st century”.

“El legendario pianista cubano Bebo Valdés dijo, “Cachao, Arsenio, Orestes y Arcaño cambiaron la música y la llevaron hacia el siglo 21” (Salazar, 1994: 17) [La traducción es nuestra]

El aporte original de Arsenio Rodríguez puede señalarse en aspectos como la conformación del Conjunto con la presencia, práctica y desarrollo de las tumbadoras, el piano y la conformación de una sección de vientos. Fue invitado a la orquesta Casino de la Playa, en un momento histórico en el cual la noción de invitado -con la supuesta inferencia de estrella- no existía y fue Arsenio el músico el cual inaugura semejante noción. Su trabajo innovador se produce también como tresista, no sólo como singular intérprete sino también como lo que hemos afirmado desde hace algunos años, en otros artículos: responsable del primer solo de tres en una orquesta tipo Jazz Band en Cuba. A este respecto Miguelito Valdés afirmaba:

“Anselmo may have gotten the idea from Arsenio Rodríguez. On the day we were going to record Arsenio’s Se va el caramelero (the candymaker is leaving), we invited Arsenio to the session. Anselmo got an idea to include Arsenio on tres guitar.  Midway through the tune we reached a break, Anselmo nudged Arsenio to take a tres solo. Immediately after the recording, all of us congratuled Arsenio and Anselmo. We realized that Arsenio’s solo was a historical  innovation that had taken place in front of us”.

“Anselmo pudo haber recibido la idea de Arsenio Rodríguez. En el día en el que íbamos a grabar Se va el caramelero de Arsenio, invitamos a Arsenio a la sesión. A Anselmo le surgio la idea de incluir a Arsenio en el tres. A mitad del camino a través de la melodía nosotros alcanzamos un descanso, Anselmo tocó con el codo a Arsenio para tomar un solo de tres. Inmediatamente después de la grabación, nosotros felicitamos a Arsenio y a Anselmo. Nosotros comprendimos que el solo de Arsenio era una innovación histórica que había tenido lugar delante de nosotros”. (Salazar, 1992: 13) [La traducción es nuestra]

Lo real maravilloso de su mundo musical afrocubano
Sin duda alguna, su profundo sentido del ritmo procede de su temprana exposición a las insondables músicas africanas -en sus vertientes más originales-, así como a las expresiones cultivadas bajo las elaboraciones definidamente afrocubanas, con todas las influencias supuestas. Se asegura, fue su hermano mayor Julio, primer músico de la familia, el responsable de encaminar al infante Arsenio por la senda musical. Julio era percusionista, contrabajista y director del Sexteto Boston, fue la persona decisiva en introducirle a un aprendizaje informal de carácter oral, le enseñó a tocar marímbula, y contrabajo. Su tío Manolo Guingo Scull le obsequió un tres, él dirigía una organización musical integrada por tambores, en la cual Arsenio obtuvo la oportunidad de experimentar la práctica musical a temprana edad.

Arsenio encontró el ambiente musical propicio para desarrollar su talento, esa temprana exposición favoreció sin duda su alto interés, en el cual aprendió los rudimentos básicos de la percusión mayor y sus toques fundamentales de origen Congo y lucumí. Aprendió a hablar los dialectos de origen congo y lucumí gracias a sus padres, responsables de su crianza en el barrio Leguina de Güines. La información musical acumulada durante sus años de niñez y adolescencia, aunada a una disciplinada disposición y entrenada capacidad para dedicarse a la música, en sus diversas áreas, beneficiaron su posterior desarrollo musical. Arsenio reclamó y reivindicó en su discurso musical, el alto valor del legado de su ascendencia de origen Congo transmitido de manera directa por sus familiares, esclavos durante el siglo XIX, y amigos más cercanos. Dicha cultura incluía las prácticas de orden religioso, las cuales como es conocido están asociadas estrechamente a la música afrocubana.

La música de Arsenio Rodríguez obtuvo el reconocimiento de los bailadores isleños de los 40’s, además el aprecio de cientos de entusiastas de su maravillosa musicalidad, la cual compleja en su intensidad artística acentuó contenidos de diverso orden africano a través de insondables ritmos y vocablos con los cuales de hecho consiguió “vencer”, dadas sus posibilidades, la fuerte resistencia a la cual estuvo sometido por las cuestiones del segregacionismo imperante en su época de esplendor. Pese a ese determinante segregacionismo, Arsenio consiguió introducir acentos, giros y vocablos de indudable origen e intensidad africano, esos vestigios africanos vibrantes en su obra han sido durante décadas reproducidos por algunos grupos salseros, de hecho en ocasiones de manera acrítica e inconsciente. Los afros y lamentos grabados por Arsenio y otras agrupaciones, contribuyeron a visibilizar la existencia del elemento afrocubano con todas sus alegrías y penurias, mediante una propuesta de conciencia social y cultural reivindicativa. La noción afrocubano al parecer se impone en los 30’s con el trabajo académico (teórico/práctico) del erudito Fernando Ortiz. En Cuba siempre se ha considerado más el trabajo realizado por los músicos del ámbito clásico y no tanto el trabajo de visibilidad y continuidad ejercido por los músicos populares en torno a la reivindicación de lo afrocubano. En tal sentido, desde la vertiente popular, se ha reconocido poco el valor de los músicos responsables de fomentar repertorios e interpretaciones de cientos de números afro, lamentos y rumbas con indudable carácter negroide. Arsenio Rodríguez contribuyó para tal propósito, de manera ajustada a su tradición, tras reivindicar lo mejor de su aprendizaje musical informal obtenido de manera oral y práctica, en los contextos familiares y vecinales en los cuales experimentó el goce y la intensidad de diversas músicas de indudable procedencia africana. Otros compositores de su época como Eliseo Grenet, se destacaron también como autores enfocados en considerar elementos de carácter afro en sus composiciones.

“La ciudad es el crisol donde son forjadas las músicas bailables, pero los lugares donde éstas eran practicadas son marcados, incluso después de la independencia, en 1902, por la segregación racial: salones de danza diferentes para blancos y “gente de color” durante los carnavales, acceso a los grandes cabarets prohibidos a los negros,…” (Borras, 2000: 143)
Diversas versiones han girado en torno a su vida personal, a partir de su propia ceguera y los motivos de su padecimiento. Con verdadero estoicismo hizo frente a las diversas adversidades planteadas en su vida social. Logró desenvolverse en un medio artístico adverso, cada momento frente a su agrupación, como líder, constituía una pequeña victoria la cual fortalecía su ánimo y el empeño por elaborar un volumen significativo de canciones. No está demás reiterar algo tan evidente como es el hecho en el cual reside la perdurabilidad de algunas de sus canciones, lo cual está asociado de manera indisoluble a sus vivencias más íntimas como públicas. Sus boleros no expresan, de manera significativa pese a las adversidades de su existencia, un sentimiento definitivo de derrota frente a la vida. No obstante, dos de ellos resultan dramáticos por su carga emocional: la vida es un sueño y me siento sólo. En La vida es un sueño, su bolero más popular, Arsenio manifiesta a modo de profunda reflexión el desengaño de un individuo para el cual la misma tiende ha vaciarse de sentido, el mismo con el cual de manera imprescindible se dota la vida de estímulos por alcanzar. Con fino eufemismo denominó la vida es un sueño el drama de su experiencia vivencial, dependiente en buena medida, a causa de su ceguera. Sus mayores esfuerzos los invirtió, infructuosamente, en recuperar su visión, quizá el mayor anhelo de su vida. Al parecer Arsenio pudo desarrollar algún tipo de carisma frente a la gente, y esto es posible pensarlo dados los testimonios históricos en los cuales se consigna el apoyo de la fanaticada habanera la cual apoyo un concierto benéfico realizado para recoger dinero y poder viajar a Nueva York ante una posible recuperación de su visión.

Arsenio era un hombre afrocubano, con un bajo nivel educativo, perteneciente a la clase obrera rural, con una formación musical informal y además discapacitado físicamente, el cual logró imponerse ante las dificultades con la altura de un ser humano admirable. Poseía una fuerte personalidad, la cual se reflejó en el alto convencimiento de sus cualidades y posibilidades de transcender ante todas las vicisitudes de su vida. Debemos considerar la obra de Arsenio Rodríguez de manera relacional, en sus canciones manifestaba inconformidad y malestar por las situaciones y problemáticas de su tiempo, y eso sin duda es plantear una postura política, en la cual evidenciaba de manera indefectible su posición en el mundo social. La casi totalidad de canciones en las cuales hizo alusión a su país, plantean un relato de vida melancólico y desesperanzador, utilizan el lamento-afro como modalidad musical específica. Su renuencia a describir de su país destinos turísticos y hermosos paisajes verdes, se transformó en letras de impugnación características de un autor consciente de la fuerte discriminación social con la cual debía luchar a diario, en su vida personal y artística. Gracias a su fuerte convicción personal y a la confianza puesta en su talento musical se convirtió en un destacado líder de una organización musical. De hecho, fue uno de los primeros líderes de formación discapacitados, a caso precedido por Alfredo Boloña, en el son cubano. Sus logros deben ser examinados a la luz de su época social, en un medio artístico tan competitivo y discriminante se erigió en una figura dominante de un estilo interpretativo, con inquebrantable convicción impuso la utilización pública de las tumbadoras en un momento en el cual lo afrocubano “no hacía parte” legitimada de la idea representativa de nación cubana. Con su trabajo ejemplificó el ataque musical afrocubano de mayor transcendencia en la historia de la música popular de la isla. Sin duda, sus aportes deben ser examinados más allá de la música, tras su ubicación en el contexto social de su tiempo. La prohibición social, junto a las circunstancias técnicas precarias de la tecnología de aquel tiempo -primeras décadas del siglo XX- postergaron la aparición en escena y en grabaciones de los tambores cubanos, por lo cual su ejecución sólo apareció de manera paulatina  y subrepticia en la formación de algunas agrupaciones y en contadas grabaciones discográficas.
La rústica elaboración musical de Arsenio expresada en la ruralía se enriqueció con su experiencia en la capital cubana, una vez logró adentrarse en el mundo del son y los emergentes sextetos de los años 20’s. La práctica del son en la Habana supuso un alto desarrollo en términos de su elaboración, atrás quedaron los primigenios abordajes musicales para dar paso a una serie de influencias adaptadas paulatinamente. La influencia de su trabajo musical es percibida en agrupaciones, no relacionadas directamente con el son, como en el caso de las charangas entre las cuales la dirigida por Antonio Arcaño constituye una de las más célebres por su manera de trabajar la sección del montuno.
Como suele pasar en la música popular, las nuevas ejecuciones musicales bajo su influencia no establecen una ruptura determinante, por el contrario la idea prevaleciente reside en la prolongación de sus elementos básicos constitutivos los cuales brindan el sedimento sobre el cual han de erigirse nuevas formas. Uno de los aportes más celebrados de la obra de Arsenio, es haber delineado el estilo interpretativo del conjunto, para el cual tomó como base la utilización del son montuno y el guaguancó. Introdujo un nuevo ímpetu interpretativo, una novedosa dinámica musical colectiva con la cual abordó diferentes géneros musicales cubanos. En tal sentido, realizó un aporte de altísima calidad en el bolero soneado, tanto por sus composiciones como por sus interpretaciones originales, en un momento en el cual emergía un tipo de bolero moderno denominado Feeling, más familiarizado y determinado por las influencias foráneas que por las tradiciones isleñas. El éxito musical de su conjunto no hubiese podido alcanzar su alto grado de desarrollo de no haber contado con músicos como Lili Martínez, Rubén Calzado y Papakila, entre otros.
Encontramos en Arsenio Rodríguez un rasgo común el cual lo vincula a la idea operativa de Duke Ellington: la agrupación como instrumento superior. El Conjunto se convirtió para Arsenio Rodríguez, de manera similar como lo fue para Ellington su orquesta, en la formación a la cual destinaba sus mayores esfuerzos como director, compositor, instrumentista y gestor de las ideas expresadas en los arreglos llevados a la partitura por Lili Martínez.

Respecto a los primeros números grabados de la obra autoral de Arsenio por otros artistas, es preciso acudir a la información proporcionada por Cristóbal Díaz Ayala, en cuánto a las grabaciones de Antonio Machín, las cuales se efectuaron en 1935 y no en 1931 como sostienen algunos compiladores. Los números en cuestión son: No he mentido Aida (10/22/35 V 32604); Amargos sufrimientos (10/22/35 V 32729); No vuelvas por aquí (10/25/35 V 32721); Pobre mi Cuba  (11/11/35 V 32666).

Arsenio un guaguancó…para Conjunto!
Sin duda, todo trabajo serio en torno a la obra de Arsenio debe considerar como parte fundamental el análisis de sus guaguancós. Aquí ensayaremos un ejercicio aproximado a dichas interpretaciones. Resulta interesante descifrar la manera implícita con la cual Arsenio comprendía la presencia del guaguancó en los números designados así por él, más allá de una designación nominal, cercanos a su estilo montunero. ¿Á caso el guaguancó estaba también presente en esas interpretaciones a través de una melodización del ritmo, dada por la interrelación y funciones asignadas a los diferentes instrumentos? Sin duda Arsenio es el responsable de la invención de un concepto interpretativo para el guaguancó estilo conjunto. Arsenio consigue re-elaborar el guaguancó, la modalidad más cultivada de la rumba, mediante la aplicación de una estructura modélica similar a la del son montuno propuesta por él, en el marco de las posibilidades armónico-melódicas del conjunto de son.
“A propósito del guaguancó señala Odilio Urfé: “el lenguaje rítmico de los tambores en el guaguancó no es una cita directa de expresión africana alguna.” (Acosta, 1982: 208)

Arsenio Rodríguez otorgó a algunas de sus canciones la designación de guaguancó,  no obstante las mismas estaban más cercanas al son montuno y el mambo. En éstas se aludía textualmente al guaguancó sin estar en correspondencia evidente con el ritmo y su modo de ejecución distintivo. Dichos números se interpretaron con la clave rítmica específica del son -3 x 2- y no en la clásica -2 x 3- del guaguancó de tambores. Con este abordaje Arsenio Rodríguez conseguía “crear” cierta confusión en una época de frecuente linealidad interpretativa. De hecho, por lo general, la marcación explícita de la clave 2 x 3 no aparece en sus interpretaciones.

Todo parece indicar que los primeros números de guaguancó, datan de lustros anteriores al surgimiento del Conjunto de Arsenio, pertenecen a la labor autoral de Ignacio Piñeiro: guaguancó callejero, guaguancó mamá, guaguancó papá, El edén de Los roncos, El desengaño, dónde estabas anoche, mañana te espero, niña, entre otros. El vocablo guaguancó fue utilizado en el número Guaguancó grabado por Ricardo Reverón y su Orquesta en 1918 (Víctor, 68558), el cual es en realidad un danzón. (Cox, 2011)

“María Teresa Vera (hacia 1919-1920) grabó para la Columbia (Co C3557) El Yambú guaguancó, interpretado con claves y algo de tambor (sic) en que María Teresa está excelente.” (Díaz Ayala, 2002)

El guaguancó desde la perspectiva interpretativa de los conjuntos difiere del guaguancó de tambores convencional, interpretado clandestinamente por los rumberos en los solares ante la prohibición oficial de su ejecución pública. Arsenio consiguió integrar y particularizar distintos elementos dispersos en el ambiente musical. Sin duda, Arsenio trasladó la cadencia y la manera de los estribillos característicos del guaguancó rumbero a su interpretación personal de esa suerte de guaguancó montunero, el cual sin duda alguna contenía las características de un son montuno de tempo lento, como era característico en las interpretaciones de Arsenio. Pese a ello dichos números no presentan los denominados pases de clave o cambios de guía:

“Hay un último aspecto del cual quiero hablar: el pase de clave. A veces sucede que una frase melódica comienza con la clave 3-2 (o viceversa) y por el giro melódico hay que cambiar a la clave 2-3 (o viceversa) A esto, repito, se llama pase de clave (…) Este llamado Pase de Clave no debe usarse abusivamente. Solo deberá realizarse cuando la clave rítmica cambie de sentido por un periodo prolongado o definitivo. Por uno o unos pocos compases no vale la pena cambiar la clave. (Valcárcel Gregorio)

Arsenio reconocía abiertamente la presencia e influencia de los rumberos matanceros en algunas de sus canciones, y no a los soneros y rumberos habaneros que le precedieron en el tiempo, quizá esto puede ser entendido como una decidida actitud regionalista. En tal sentido, dedicó números como la rumba Llora timbero al mítico Malanga. De hecho, el número Mulence dedicado a este rumbero matancero describe la confrontación entre este y el rumbero habanero Manana. Adiós Roncona, una columbia matancera, alude a la figura de Roncona, máxima figura de la improvisación de Columbia en Cuba.

Es posible, como supone Cristóbal Díaz Ayala, percibir en el trabajo de Arsenio sus tempranas inquietudes por equiparar su formación a las posibilidades sonoras de las Jazz Band de los 30’s, y para ello resultaba inevitable ampliar paulatinamente los septetos con una sección de vientos, la cual de hecho posibilitaba la cristalización de sus ambiciones superiores en términos interpretativos. Los trompetistas dejaron atrás los cliches de la ejecución clásica de los septetos precedentes, para proyectar un trabajo individual/colectivo de alto interés musical por la complejidad de las líneas y los pasajes construidos en la sección de mambo. He aquí la descripción realizada por este autor respecto al desempeño musical de Arsenio Rodríguez:

“Ejecutante extraordinario del tres, con su técnica logró convertir este instrumento, de difícil digitación cuando se trata de imprimirle rapidez, en algo capaz de convertir los montunos pianísticos en montunos tresísticos tenía un oído fuera de serie, como necesita todo director de un grupo musical, pero  además un fino olfato para ser original y ofrecer algo nuevo al público.” (Díaz  Ayala, 2002)

El riguroso investigador David F. García dedica en el librillo incluido en el box set Arsenio Rodríguez: El alma de Cuba (Tumbao, 2007) el apartado “Los guaguancós de Arsenio”, en el cual sugiere entender el guaguancó estilo Arsenio Rodríguez, como una interpretación especifica producida de la adaptación de dicha modalidad de la rumba a las posibilidades, dada la cadencia del guaguancó, ajustadas al tempo lento interpretativo utilizado de manera generalizada por el Conjunto. Algunas partes constitutivas del guaguancó tradicional se conservan en el modo arseniesco, si se me permite el término, entre ellas la denominada diana o lalaleo introductorio en el cante rumbero, aspecto musical el cual Arsenio solía trasladar al trabajo de las trompetas. La inclusión de las tumbadoras en el son parece haber sido postergada por la prohibición de la ejecución de los tambores en público, así como la presencia de las pailas -comunes en las charangas-, por las incipientes técnicas de grabación las cuales no podían controlar la alteración producida en las agujas, durante las grabaciones, por la ejecución de constantes repiqueteos. No obstante, es posible la existencia de algunas grabaciones excepcionales en las cuales las pailas fuesen grabadas como parte de las Estudiantinas en los 20’s y 30’s. Arsenio impuso el uso de la tumbadora en los conjuntos, consciente de su importancia como elemento clave en la construcción de la sonoridad musical de su conjunto. El director artístico cubano Armando Valladares, recuerda sobre la rumba y el uso de las tumbadoras lo siguiente:

“En los años 40’s y 50’s era un tabú tocar rumba en Cuba. Se perseguía a los rumberos cuando se hacia una rumba con tumbadoras. La policía era tan ingenua que los rumberos entonces tocaban la rumba de cajón. Hacían la misma rumba pero con cajones de velas, de bacalao, laterales de escaparates, de todo, con cucharas con gavetas de mesa de noche. Entonces cuando llegaba la policía para interrumpir aquella rumba veían que no había tumbadoras, por lo tanto “no había rumba”. De esa forma se burlaba las leyes de prohibición. La rumba igual que los negros eran un tabú.”  (En Clave, 1993)

El conjunto de Arsenio se convirtió en un paradigma de la ejecución de tumbaos múltiples, los cuales manifestados a través de instrumentos como el tres, la guitarra, el piano y el contrabajo, lograron un empaste sonoro original. Esa manera de aglutinar diferentes instrumentos del mundo musical popular cubano y asignarles funciones específicas, dadas sus posibilidades expresivas, orientadas hacia una construcción sonora orquestal -considérese el hecho de la transformación de su conjunto en orquesta durante los 50’s-, es uno de los aspectos con el cual consiguió encaminar el son y el guaguancó hacia un estadio evolutivo de interpretación.

“A partir de 1880 comienza a escucharse el guaguancó en la ciudad de Matanzas  interpretado por los negros criollos del cabildo Congo Musundi ya mencionado; entre ellos están Anselmo y Matías Calle, tocadores y bailadores de yambú y organizadores en 1884 del coro La Lirita del barrio Simpson, primera agrupación de su topo organizada en esa ciudad. (…) Entre 1896-1897 es escuchado en las rumbas habaneras el guaguancó, traído a esta ciudad por los hermanos Apolonio y Carlos Víctor Lamadrid, obreros portuarios matanceros que por entonces fijaron su domicilio en el solar de la calle Bernal No. 22, barrio Colón, donde con otros hombres y mujeres del barrio organizan el coro La Nueva Idea que luego lleva sus toques y cantos a los vecinos de los solares El Macaco, La California y el Trueno, además de participar en cuantas rumbas se organizan en otros barrios.” (Blanco, 2000: 15)

Podemos identificar una veintena de guaguancós en la obra de Arsenio Rodríguez y su Conjunto. La mayoría de estos números inicia con un tumbao de tres inconfundible, el cual es secundado por toda la sección de ritmo. La percusión mayor suele crear una atmósfera rumbera en el marco de una estructura montunera, el bongosero campana en mano suele, durante los montunos, con un golpe seco continuado afirmar el tumbao propuesto, contrario a su función clásica con la figura onomatopéyica del titicó, denominada así a falta de una mejor descripción, explícita en números como Juventud amaliana. Otros números como Adivínalo y Celos de mujer, también expresan esta práctica rítmica. Los bongoseros de fundamento como Agustín Gutiérrez, Ramoncito Castro -presente en grabaciones discográficas con la orquesta Casino de la playa- y Antolín Suárez Papakila estructuraron la forma básica de la ejecución del bongó con la figura fundamental conocida como el martillo, la cual se realiza en la parte inicial del son, luego el bongó descansa y el bongosero ataca el montuno con la ejecución del cencerro o campana de mano.
“En lo que se refiere a la estructura de los guaguancós de Arsenio, solamente en las tres secciones primeras, se recuerdan las tres partes del guaguancó tradicional (es decir la diana, el canto y el montuno), mientras que las tres últimas secciones (el solo, el cierre y el diablo) son idénticas a las de sus sones montunos. La única diferencia significativa entre el son montuno y el guaguancó, tocados a la manera de su conjunto, es el tiempo, siendo el último moderadamente más rápido.” (García, 2007: 36)

Números como Con flores pa’ el matadero y Guaguancó en el remeneo, retienen la concepción tradicional del guaguancó de tambores, modalidad interpretada cientos de veces en los solares habaneros y matanceros por conjuntos de tamboreros. Sólo en los guaguancós Oiga mi guaguancó -solo de congas-, Hay fuego en el 23 -solo de bongó- y Meta y guaguancó -finalización con descarga de percusión de estilo rumbero-, El lema del guaguancó -solo de congas- se advierte el margen otorgado para el lucimiento de los percusionistas, aspecto determinante en el guaguancó de tambores. La posibilidad de un margen amplio para la realización de un alto número de solos de percusión, parece resentirse por la estigmatización social desplegada sobre el uso y presencia de los tambores, con inteligencia y acierto Arsenio intentaba no acentuar este aspecto musical en sus interpretaciones, quizá sea esta la razón por la cual otorgó poco margen a los solos de percusión en sus interpretaciones durante su carrera en Cuba. En Estados Unidos, la historia no cambió mucho pero si se percibió un mayor protagonismo de la percusión, durante la ejecución de los guaguancós y otros géneros de fuerte acento afro.

Su conjunto se convirtió en la fuerza musical transformadora más importante del son en el siglo XX. Modificó la concepción rítmica del son clásico y con ello introdujo un nuevo ímpetu interpretativo colectivo. Arsenio con la inclusión de la tumbadora en su conjunto otorgó al ritmo una importancia cimera, pese a no otorgarle gran protagonismo, esto es evidente en el bajo número de solos, los cuales recaían por lo general, en el piano, el tres y las trompetas. Quizá no alcanzó el éxito comercial, no al menos con la intensidad y determinación como lo conocemos hoy en día, no obstante su éxito musical se erige sobre cualquier otra consideración. Sin duda, la industria del disco no podría brindarle un mayor reconocimiento que aquel brindado, sin caducidad alguna, por cientos de músicos y melómanos del mundo entero, para los cuales su música no ha perdido un ápice de interés y vigencia artística.

“El planteamiento que afirma que la realidad está constituida discursivamente y argumenta que el discurso es un “hecho social” que, además de comportarse como una instancia mediadora, consigue efectos tan reales como cualquier otra práctica social.” (Hall, 2010: 13)

En este sencillo abordaje de los guaguancós para conjunto estilo Arsenio Rodríguez  ensayamos el análisis del número Confórmate (1955) el cual es clasificado como guaguancó y a excepción de los anteriormente grabados con su conjunto, se destaca por ser una ejecución instrumental. El mismo consta de cinco partes claramente diferenciadas: son/montuno/solo/mambo/coda. a) una introducción iniciada con los clásicos tumbaos y el empaste sonoro modélico e inconfundible, estilo Arsenio, del contrabajo y el piano, los cuales están unidos al continuum básico o “afinque” establecido por el tumbador y el bongosero, éste último con libertad expositiva plena de una notable dinámica de figuraciones o golpes libres los cuales complejizaban y enriquecían el diseño rítmico desarrollado. Como se advierte, este número es un guaguancó instrumental diferente a los clásicos abordajes de la rumba de tambores asistidos por una amplia batería de tumbadoras con su indefectible protagonismo. Tras unos compases aparecen las trompetas a unísono con la aparente cita melódica del número Consuélate como yo, en el desarrollo de dicha cita se superponen las líneas melódicas expresadas por los metales, b) hasta desprenderse una voz solista la cual establece, al modo tradicional africano, la alternancia del “llamado y respuesta” de la forma antifonal. La voz solista realiza improvisaciones frente al coro melódico propuesto -equivalente del estribillo vocal-, el cual en este caso recuerda el estribillo ¡Como fue mangüé! Utilizado en el número yamburengue grabado por la agrupación Montvale Rumba. c) el solo de piano es anunciado dada la clásica práctica de Arsenio en la cual, con su voz identifica y advierte al grupo la intervención del solista de turno. El solo se efectúa bajo la forma sonera, nótese el cambio de intensidad en la marcha del tumbador, así como su intencionalidad sonera. d) tras la finalización del solo de piano, se interpreta un mambo breve en el cual se cita un motivo melódico, esta vez recuerda la guaracha ñaña sere e) hasta la coda, con la cual se advierte el final del número.

Como dato anecdótico vale la pena mencionar la grabación de Guaguancó a Pueblo Nuevo (1942) efectuada por el cantante cubano Orlando Guerra Cascarita con la orquesta de Memo Salamanca, al parecer realizada en México. Este hecho coincide con la grabación del número La reina del guaguancó por la orquesta Siboney de Alberto Iznaga, realizada en Nueva York en julio 23 de 1942. Dichas grabaciones son pioneras en la utilización de la palabra guaguancó, al parecer como casos aislados.

El primer guaguancó grabado por Arsenio fue Juventud amaliana, en 1946, grabado luego por el Conjunto Son Clave de oro de México. La influencia de Arsenio fue inmediata, en 1947 el excepcional Conjunto Kuvabana grabó el número Sonaremo el tambó, interpretación ajustada al concepto de guaguancó para conjunto estilo Arsenio Rodríguez. El influjo se reprodujo rápidamente allende las fronteras isleñas hasta llegar a Estados Unidos, en Nueva York bajo esa perspectiva interpretativa Pupi Campo y su Orquesta grabó Sonaremo el tambó, convirtiéndose quizá en la primera agrupación de esa ciudad en asumir el guaguancó arseniesco. Poco tiempo después, Tito Puente grabó Mi guaguancó y Guaguancó en Tropicana  (1949-51). Uno de los homenajes brindados por este líder a El maravilloso fue Guaguancó Arsenio (Cé magnifique, Música Latina, 1981). Con un tempo más alante, respecto a los tempos utilizados por Arsenio -los cuales indefectiblemente hacían pensar en el pasado-, Tito Rodríguez grabó el guaguancó Habanecué (1950-51). Quizá el primer grupo salsero en grabar guaguancós fue Willie Rosario en 1961 con los números Guaguancó bonito y buscando guaguancó, un año después Joe Cuba grabó el guaguancó Callejero; Kako y su Combo hizo lo propio con Mi guaguancó. El estilo interpretativo de estos guaguancós modernos fue cultivado también por los Conjuntos de René Álvarez a fines de los 40’s, Conjunto Chapottin, Modelo y Estrellas de Chocolate, entre otros, en los 50’s. No fue Arsenio el primero en componer guaguancós pero si el pionero en adaptarlos con su estilo a las posibilidades del conjunto de son. Quizá la primera agrupación charanguera en Cuba en aludir al guaguancó fue la Orquesta Almendra con el número Óyelo bien.

Todos tienen sombra de mi guaguancó..!
Su trabajo sirve de base a una generación de jóvenes músicos caribeños y nuyoricans los cuales en un territorio específico: El Barrio de Nueva York, adelantaron un encuentro sociocultural transnacional del cual surgiría con la presencia de diferentes acentos y giros musicales una expresión clave con la cual ofertar una identificación específica. El reconocimiento de su trabajo se incrementa, como suele suceder infortunadamente sólo hasta después de su muerte. Este hecho coincide con la madurez obtenida en términos de conceptos e interpretaciones por parte de algunos músicos representativos de esa generación, los cuales son de una u otra forma influenciados de manera más o menos directa por su trabajo. Es el momento adecuado en el cual la apreciación de dichos músicos posibilita reivindicarle significativamente. Quizá el primer músico de la salsa en entender su importancia fue, según su propio testimonio, Larry Harlow∗∗∗, luego de viajar a Cuba en 1956 y comprender su influencia. No obstante, su consideración de la obra del compositor se produce una vez afinca su banda en 1965. El mayor éxito comercial en la Cuba de los 40’s recayó en las agrupaciones intérpretes de tempos más rápidos en las guarachas y mambos.

El número Mi china me botó interpretado por la orquesta New Yorker con Héctor Lavoe, parece ser el primer número de Arsenio grabado en Nueva York por un grupo estrictamente salsero. Las charangas de Nueva York de inicios de los 60’s, lideradas e integradas por los futuros exponentes de la salsa, fueron las encargadas de dar continuidad a cierta tendencia respecto a la grabación de números de Arsenio, de tal modo lo hizo Charlie Palmieri & Duboney con La vida es un sueño y Lo dicen todas. Rápidamente el guaguancó adquirió aceptación y diferentes agrupaciones definieron sus discos con tal designación: Guajira y guaguancó (Ray Barretto, 1963), Boogaloo y guaguancó (Willie Rosario, 1968).
Si examinamos la amplia alusión otorgada al guaguancó en la producción salsera encontraremos muchos casos en los cuales se trata tan sólo de eso, de alusiones de tipo nominal, debido a la ausencia de características distintivas de esta modalidad rumbera, en síntesis se trata en sentido estricto de números de salsa. En tal sentido, pueden ser diferenciados en el caso de los guaguancós salsosos, dos enfoques interpretativos. Uno de ellos en la línea indudable del estilo de Arsenio  Rodríguez, con la utilización de tempos lentos, y otro el cual creo se aleja del influjo de Arsenio, por una interpretación decididamente veloz con tempo rápido -up tempo-, el cual deliberadamente propone otra manera de asumir lo establecido, y es precisamente aquello a lo cual se ha denominado como salsa. Dicha velocidad suele pensarse como un aspecto musical asociado al hecho social de la vivencia en Nueva York, con todo lo supuesto por una metrópoli como ésta. Muchas agrupaciones en Nueva York decidieron denominar números de salsa como guaguancós, interpretados en la línea de Arsenio, algunos de hecho solían marcar de manera explicita la clave 3 x 2 del son, escúchese a manera de  ejemplos las canciones Oigo un bembé (Louie Ramírez) y Guaguancó a Venezuela (Pete Bonet), entre otras.

¡Saludo a todos los barrios habaneros!
Algunas voces entusiastas de la obra de Arsenio han pretendido convertir en verdad sus afirmaciones, respecto a un aspecto puntual: la alusión a los barrios de la Habana. Vale la pena destacar la existencia de diversas canciones de música popular dedicadas a los barrios habaneros, mucho antes de la obra de Arsenio, lo cual no invalida la importancia de este músico por considerar a las gentes de los barrios, especialmente un grupo poblacional como la juventud.

Si echamos un vistazo a la historia musical cubana encontraremos como en el año 1879 se estrenó Las Alturas de Simpson, danzón dedicado a este tradicional barrio rumbero de la ciudad de Matanzas. En lo referente a la Habana podemos mencionar la grabación del trovador Floro Zorrilla En la Víbora (1916). La cantaora María Teresa Vera, grabó Mi viaje a Pogoloti (1918). El Sexteto Habanero grabó el conocido son A la loma de Belén (1925). Antonio María Romeu grabó el danzón Los jóvenes de Lawton (1925). La Orquesta Havana Casino grabó La conga de Colón (1939). Al año siguiente esta agrupación grabó La conga de Cayo Hueso. Ese año el Cuarteto Cubano grabó la conga El dandy de Belén (1940). La designación directa al barrio data también de esos primeros lustros del siglo XX, por ello es preciso mencionar números como La mulata del barrio del cantante Juan de la Cruz (1927). La pianista María Cervantes grabó el número De mi barrio (1929). En la época de esplendor de Arsenio y su Conjunto otras agrupaciones siguieron la idea de visibilizar y dedicar números a los jóvenes y las sociedades de los barrios. Guaguancó a Pueblo Nuevo fue grabado en 1942 por Memo Salamanca y Cascarita. Arcaño y sus maravillas grabó Por un Cerro mejor (1945), A Belén le toca (1948), Armoniosos de Amalia (1948), Carraguao se botó, Pueblo nuevo, Club social de Marianao, entre otros.. Casino de la Playa grabó la guaracha Rumba en Pueblo nuevo (1946). El Conjunto Caney grabó en 1947 la guaracha La china de mi barrio. En Puerto Rico, el Conjunto Marcano grabó la guaracha de Ñico Saquito De los Hoyos al Tívoli (1947). Toda esta información puede ser revisada en la valiosa obra de Cristóbal Díaz Ayala The Díaz Ayala and Latin American Popular Music Collection, presente en la Florida International University (disponible en internet).

¿Arsenio Rodríguez: Padre de la salsa?

¿Por qué designar a Arsenio Rodríguez “padre de la salsa”, y no referirse a él como “revolucionario del son”, por ejemplo? La pregunta intenta subrayar el enfoque evasivo propuesto en la primera designación, con la cual se destaca la importancia secundaria de Arsenio y su obra, y no su principal importancia en el son y la música cubana. Si la producción musical de Arsenio rodríguez se recuerda hoy, por musicólogos y melómanos, es por su creación musical (producción autoral), interpretación (como tresista, básicamente) y capacidad de dirección (líder de formación musical), y de manera complementaria por su influencia en la salsa como compositor, interprete y creador inigualable.

En tal sentido, esta afirmación resulta sin duda inadecuada por varias razones: 1) En primer lugar, con semejante designación otorgada a este músico cubano se refuerza el cúmulo de históricas confusiones con las cuales suele atribuírsele a determinados músicos cubanos el surgimiento y desarrollo de la salsa. Arsenio Rodríguez, siempre tocó música cubana, con todas las influencias contenidas, ¡nunca salsa! Pensarle de tal manera tiende a atribuirle un influjo más allá -es decir del ajustado a las prácticas y desarrollos musicales puntuales, efectuados por los músicos salseros- del correspondiente a su influencia puntual. 2) Este tipo de afirmaciones contribuye a reforzar cierto cubacentrismo, con el cual se ha pretendido siempre dejar en entre dicho lo mejor de la producción salsera, así sin más ni más, pese a su originales abordajes y logros demostrados -revísese el trabajo de agrupaciones como Gunda Merced & Salsa Fever y Trabuco Venezolano, las cuales demostraron orientaciones y construcciones sonoras diferentes-, 3) A todas luces resulta poco seria semejante enunciación, con ella se reduce al máximo los logros obtenidos por los salseros con sus prácticas musicales, no todas las agrupaciones tomaron como base el repertorio, ni dieron continuidad al desarrollo musical de Arsenio y su Conjunto. 4) El trabajo de diferentes músicos, anteriores al trabajo de Arsenio con su Conjunto, es asumido en la salsa tras una serie de re-elaboraciones y no por ello sus entusiastas seguidores reclaman la paternidad sobre este tipo de música practicada décadas después. 5) ¿Puede tener sentido alguno asignar tal paternidad, a un tipo de música tan diversamente influenciada y practicada? Este tipo de afirmaciones no hace más que evidenciar un trazo grueso con el cual se generaliza un fenómeno el cual cuenta con una historia propia en varios países del continente americano, y si se quiere del europeo también. 6) No debe pensarse la salsa de manera singular, lo más adecuado lo he propuesto hace varios años, es pensar la salsa de manera plural, no hay un solo tipo de ella, la salsa no es uniforme ni lineal, no todas las agrupaciones la practican de la misma manera. 7) Quizá lo más sensato sea pensar en Arsenio Rodríguez, al menos de manera aproximada -difícil ser concluyente en ello-, como el músico cubano residenciado en Estados Unidos con mayor ascendencia en la salsa de Nueva York. No se trata de desconocer la importancia de la obra de Arsenio Rodríguez, en absoluto y ni por un instante, pero quizá la mejor manera de hacerle justicia es ajustarse a la realidad sin el obnubilado apasionamiento de aquel que escribe sin rigor científico. Su invención mayor se ajusta, de manera inequívoca, a la música cubana como responsable del son montuno fundacional, y por ahí debe comenzar a ser indagada su obra.
¿Realmente toda la salsa reclama el legado de Arsenio Rodríguez?, Una inquietud propuesta a los melómanos entusiastas de la salsa de Colombia, reside en examinar el grado de influencia de la obra de Arsenio Rodríguez en la histórica producción de salsa de nuestro país, una vez adelantado este ejercicio podrá precisarse como el grado de intensidad de esa influencia es mucho menor respecto a Nueva York, con lo cual puede verse el inadecuado procedimiento de las generalizaciones en el caso de la salsa. Al caso colombiano, pueden adjuntarse los de Perú, Venezuela, Panamá, entre otros.
En el año 2001 tuve la oportunidad de escuchar al abogado y escritor cubano Fidel Aldo Valdés, en entrevista realizada por Orlando Matos -una serie de casi diez programas- en Radio Habana Cuba. En dicha oportunidad Valdés aseguraba haber escrito una obra de dos volúmenes dedicados a la obra de Arsenio Rodríguez, además de la posibilidad de un tercer libro denominado Arsenio Rodríguez: El estratega del son:

“Decidí hacer una obra sobre la vida de este hombre. El hecho de que lo conocí personalmente, me dejó atónito cuando comencé a hablar con él, siendo yo un estudiante de la Escuela de derecho civil  de la Universidad de la Habana. Arsenio había sido trovador, repito trovador. Un individuo organizador de tríos, cuartetos, quintetos, y no se sintió conforme con lo hecho. (…)  Arsenio fue para Güines sobre  los 4, 5 o 6 años. Conozco a todos sus familiares. Yo vi a Arsenio realizar algunas de sus obras musicales, delante de mí con todo y la melodía.  (…) Puedo decir sin temor a equivoco que en este instante cuento con más de 140 o 150 entrevistas que las tengo en cassettes, las voces de estos músicos.” (Matos, 2001)
El desaparecido músico y musicólogo cubano Helio Orovio, describió en un célebre artículo su fascinación por la música de Arsenio Rodríguez:
“Hoy, al volver a escuchar sus discos, maravilla su vigencia; cómo la fuerza telúrica que transmite su ritmo, el sabor de las trompetas sincopadas, el contrapunto mágico entre el teclado percutido y el tres maravilloso, nos llenan con la fuerza del primer día en que fueron tocados.” (Orovio, 1985)
Se asegura con inmensa tristeza el estado de abandono de su tumba, sin lápida, en un cementerio de Wenchester, estado de Nueva York, en el cual reposan sus restos junto a los de célebres personalidades como Malcolm X y Jimmy Garland:
“Ni en Cuba, Nueva York o Miami, existen instituciones, eventos, calles o monumentos que recuerden al músico (hubo que esperar hasta el año pasado para que en Cuba, su país natal, finalmente se celebrara un aniversario de su nacimiento oficial). Ni siquiera el sitio donde está enterrado, el cementerio Ferncliff, tiene un lápida con su nombre.” (Del Risco: 50)

La obra musical de Arsenio Rodríguez, con su conjunto y como tresista, representa sin duda una vanguardia atemporal, la cual sin fecha de caducidad alguna sigue considerándose a fondo por algunos músicos y musicólogos con un alto entusiasmo por su obra: Larry Harlow, Jerry y Andy González, Nelson González, Chocolate Armenteros, Guajiro Mirabal, Marc Ribot, Jorge Cabrera, Conjunto Son de la loma, Lucas Van Merjwick, Candido Antomatei, Adalberto Álvarez, Sandoval y su grupo de Cuba, Pecheche Mijares y su Melao, El Nuevo Conjunto Arsenio Rodríguez, René López y Andy Kaufman, entre otros. Los homenajes tributados tan sólo pagan la cuota inicial de la deuda con su invaluable producción artística. No deja de ser paradójico como la fecha de su muerte coincide con el inicio de la consolidación comercial del sello discográfico Fania, y la creciente importancia otorgada a la orquesta estelar que la representa.

Fuentes

Acosta, Leonardo. (1982). Música y descolonización. Editorial Arte y Literatura, Habana.

Blanco, Jesús. (2000). “La fiesta cubana: Rumba”, en Revista Salsa cubana, año 4 N° 11,.

Borras, Gèrard. (2000). Músicas, sociedades y relaciones de poder en América Latina. Universidad de Guadalajara.

Cox, Barry. (2011). “The earliest recordings of Cuban rumba: A comprehensive summary”, en www.vamosaguarachar.com [Consultado el 15 de junio de 2011]

Del Risco, Enrique (s.f.). “Arsenio Rodríguez: del nacionalismo subversivo al transnacionalismo profético”, en Revista Islas pp. 49-56.

Díaz Ayala, Cristobal (2002). The Díaz Ayala and latin American popular music collection. Florida International University (disponible en internet)

García, David (2007). Arsenio Rodríguez: El alma de Cuba. Librillo incluido en el box-set. Tumbao, 2007.

Hall, Stuart (2010). Sin garantías. Envión Editores.

Orovio, Helio (1985). “Arsenio Rodríguez y el son cubano”, en Revista Revolución y cultura # 7, 1985 pág 16.

Salazar, Max. “The Miguelito Valdés Story Part I”. en Revista Latin Beat Magazine, Volumen 2, N° 1, Febrero 1992.

Salazar, Max. (1994). “Arsenio Rodríguez: life was like a dream”, en Revista Latin Beat Magazine, Volumen 4, N° 2, Marzo 1994.

Valcárcel, Gregorio. Sin fuente identificada.

Entrevista a Valdés, Fidel (2001). Radio Habana Cuba. Orlando Matos.

Fuente audiovisual

Documental (1993). En clave with Rubén Blades. WGBH Educational Foundation.

DJ Ara Un huésped europeo y salsero en Cali

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DJ Ara Un huésped europeo y salsero en Cali

Por Roberto Carlos Lujan

Ara Kazarians, melómano y deejay propietario del Hotel La Posada Salsa Boutique, ubicado en Cali Colombia, vive desde hace algunos años en nuestra ciudad, de la cual confiesa se enamoró por su clima e idiosincrasia de sus gentes, así como por su aspecto distintivo: el gusto por la música salsa. Luego de vivir su luna de miel con su esposa brasilera en la sucursal del cielo, y tras seis o siete veces devisita en Cali, decidió quedarse en nuestra ciudad para apoyar la salsa a su manera.

Visitamos a DJ Ara en las instalaciones de su hotel el pasado 23 de diciembre de 2011, con el propósito de conversar en torno a su trabajo como DJ en Londres, su trabajo actual y su afición por la salsa. Nos atendió con su amabilidad y sencillez característica, con su acento extranjero nos habló en un español casi perfecto.

Los primeros años…

Ara Kazarians se trasladó a Londres, Inglaterra en 1974, luego de algunos años de residencia adquirió la nacionalidad británica. Pese a su inconformidad con el modo de vida y clima experimentado en esa ciudad, logró construir una trayectoria como deejay de salsa en algunos clubes de Londres.

“Cuando yo era niño escuchaba música armenia, la cual tiene muchos tambores, es muy percusiva. Es un tipo de música folklórica pero tiene su lado popular, y la música popular tiene sus cosas folklóricas. Pasé muchos años en Londres y allí comenzó mi afición por la salsa, aunque la primera música latina que escuche fue la de Santana que combinaba los ritmos afrocubanos con el rock. Me enamoré de la música y hasta hoy escucho a Santana.”

El calor humano de la gente de su país no lo encontró en Inglaterra, no sintió empatía con la energía de los londinenses, motivo por el cual decidió residenciarse en Cali, Colombia hace algunos años, ciudad la cual le había seducido en sus viajes previos por el gusto por la salsa y ambiente caribeño.

“Nunca me gusto el clima de esa ciudad. La cultura era bien diferente. Considero la cultura Armenia con un gran calor humano con sentimientos fuertes como la cultura latina. En los años ochenta comencé a tener amigos colombianos en Londres y salía con ellos a sitios de salsa, algunos eran lugares clandestinos, abrían hasta las cinco o seis de la mañana porque no tenían permiso. Comencé a comprar discos de salsa en 1989 y me hice deejay de salsa y no pare (risas).”

La salsa en Londres

La presencia de la música salsa en Londres debe considerarse a partir de dos aspectos estrechamente relacionados: la visita de agrupaciones y la existencia de formaciones musicales locales; el primer aspecto está relacionado con la preferencia de una audiencia por este tipo de música, la cual está conformada por individuos de origen latino, residentes en dicha ciudad. Un segundo aspecto, está relacionado con la presencia de muchos músicos de procedentes del continente americano, los cuales junto a los ingleses -básicamente-, conforman las agrupaciones enfocadas en la práctica de la salsa y el jazz latino.

“El contacto con la música popular “latina” en Inglaterra probablemente comenzó alrededor de la década de 1920 con el auge del tango. Sin embargo, la reciente popularidad de la salsa con el proceso de inmigración de los años setenta, cuando comenzó el flujo migratorio más numeroso de latinoamericanos hacia Inglaterra. Diferentes grupos de latinoamericanos trajeron consigo o le pedían a sus parientes que les enviaran la música que escuchaban en sus países. Un grupo de los primeros inmigrantes comenzó a organizar fiestas en las casas, luego a alquilar centros comunales o salsa de reuniones de iglesias para organizar fiestas en las que se compartía música y comida.” (Román Velásquez, 1998: 59)

La conversación efectuada con deejay Ara, nos ayudó a conocer un poco la historia reciente de la difusión de la música salsa en Londres.

“En 1989 no había clubes de salsa en Londres, había noches de salsa. Tal vez viernes de rock, sábados de música disco o martes de salsa. Había lugares colombianos que colocaban cumbia, salsa, merengue y lambada lo mezclaban todo, eran frecuentados por londinenses y europeos. Para los años noventa todo se separó, la música del Brasil y la salsa a un lado, esta última se separó en dos: donde andaban los colombianos y los ingleses. La primera orquesta de salsa que yo vi fue el grupo Niche. Luego Joe Arroyo, Guayacán, Gran Combo y Tito Puente, bastantes orquestas durante los años noventa.”

La investigadora social Patria Román Velásquez señala en su artículo “El desarrollo de un circuito salsero y la construcción de identidades latinas en Londres”, la existencia de 14 bandas de salsa en Londres durante los años noventa, un número significativo solamente comparable con ciudades capitales europeas como Paris y Amsterdam.

“La difusión de la salsa no se debe simplemente a la presencia de latinoamericanos, sino también a los grupos de personas no latinoamericanas y las industrias musicales que han mostrado un creciente interés en la música. Las rutas de la salsa hacia y en Londres pueden relacionarse con los esfuerzos simultáneos de las industrias musicales, embajadas, clubes de música, tiendas de discos, revistas, estaciones de radio y campañas de solidaridad con los países latinoamericanos. Todos estos grupos y entidades han participado en la promoción de eventos salseros, cada cual para promover sus propios objetivos, pero al mismo tiempo se ha forjado la necesidad de establecer vínculos entre éstos. Las relaciones entre estas entidades y grupos han contribuido a la incorporación de la salsa en el espectro musical londinense.” (Román Velásquez, 1998: 59-60)

Le preguntamos a DJ Ara por las actividades de algunos músicos colombianos, ingleses y latinoamericanos en general, responsables de la movida salsera en Londres:

“Conocí personalmente al percusionista Roberto Plá y a su esposa Dominique, ella promovía ‘noches de salsa’ en clubes. Conozco a Doransé Lorza, él tiene su Sexteto Café, es un arreglista toca el tres, vibráfono y tiene mucho talento.”

“La Clave es una orquesta que existe allá hace mucho tiempo, conocí al conguero de ese grupo, creo que se llama Peter, bueno hace tiempo que no lo veo. Conocí a Robin Jones & King Salsa, a Snowboy una noche también. Y ahora último a Alex Wilson, quien innova mucho.”

Antes de irse de Londres, participó en la elaboración y publicación de la revista Latin London Magazine en 1998, la cual alcanzó a publicar una docena de ejemplares.

“La primera edición de la revista Latin London Magazine surge en 1998. Eso fue una cosa de corazón, ya había decidido salir de Londres. Inicialmente yo escribí algunas cosas, pero teníamos amigos que escribían como John Armstrong, DJ y coleccionista, también había un colombiano DJ que colaboraba. Promocionaba la salsa, contaba con la divulgación restaurantes y lugares de salsa, celebraba la vida latina en Londres.”

Pese a una baja popularidad de la salsa en Londres en los años ochenta, existían lugares en los cuales se adquirían discos.

“Había en los años ochenta tiendas de discos en las cuales vendían en su sección internacional discos de salsa. Luego apareció la tienda de discos Mr. Bongó y también cuando viajaba a España compraba, en mis viajes a Cali compraba pastas de salsa. Tengo más de mil pastas y cerca de dos mil cedés.”

¡Rolling por la salsa!

Una vez decide marcharse de Londres, debió elegir entre Cali y Rio De Janeiro, dos ciudades favoritas de Ara durante sus viajes. Optó por irse a vivir a Rio de Janeiro en noviembre de 1999, debido a las problemáticas sociales de Cali en los años de los noventa. En Brasil, fungió también como deejay en lugares pequeños sin cobrar por su trabajo, solo por el gusto de programar durante los descansos de la orquesta de planta del lugar, la cual alternaba interpretaciones de salsa y samba. Luego tuvo sus “noches de salsa” en ese lugar, en sus programaciones propuso a Eddie Palmieri, Roberto Roena, Tommy Olivencia y Sonora Ponceña, entre otros, obtuvo buena aceptación del público bailador asistente. Conoció a Agustín Flores, director de la orquesta salsa Klave, conguero y deejay del cual recibió amistad y mucho apoyo.

El hotel está ubicado en el Oeste de Cali, en el barrio El Peñón. En una zona hotelera y gastronómica, al lado de los barrios San Antonio y Centenario. Cada habitación cuenta con un exponente fundamental de la salsa como Pablo Lebrón, Piper Pimienta, Celia Cruz, Héctor Lavoe, Ismael Rivera y Tito Rodríguez. Artistas internacionales se han alojado en el hotel como el puertorriqueño Papo Cocote, el cual estuvo cuatro noches; también un deejay de salsa Irlandés. Músicos de la movida local pasan y se toman un café con su amigo Ara, como Carlos Guerrero, Melchor Zapata, Jairo Gañan, D’ Cache, entre otros.

“El hotel La Posada Salsa Boutique como idea concreta nace en 2008, pero su creación se produce en 2010. Me hace sentir bien que exista un hotel temático de salsa en Cali, y que el primero que exista sea aquí. Si me muero mañana quiero dejar algo para Cali: el primer hotel salsero en el mundo. El hotel cuenta con seis habitaciones, hay espacio para expandirnos. Nunca tuve un hotel en mi vida, por eso estamos aprendiendo, damos un servicio muy bueno a los clientes. Para 2012 mis proyectos con relación al hotel es ponerlo más en el mapa, mucha gente no lo conoce. Ojalá este hotel haga su aporte como lo ha hecho el movimiento melómano de Cali.”

 

Figura 1. ARA en la página editorial de la primera edición de Latin London Magazine.

Fuentes

Román Velásquez, Patria (1998). “El desarrollo de un circuito salsero y la construcción de identidades latinas en Londres”, en Revista de Ciencias Sociales de Puerto Rico (UPR), # 4 enero, 1998, pp 53-77. 

Jorge Cordero y Los Gran Daneses – Siempre Pa’ Lante

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El cantante Jorge Cordero dirige la banda los Gran Daneses, fundada en 1993 en Dinamarca. Esta agrupación debutó discográficamente con el registro Rompiendo el hielo (1993). Esta nueva entrega discográfica, la séptima en su haber, incluye un repertorio de canciones en las cuales el amor -con sus anhelos y frustraciones- aparece como hilo conductor de un conjunto de actitudes asociadas a sus caprichosos devenires. Los textos de amor y desamor trabajados aquí poseen una decidida intención bailable. Acompañan a Jorge Cordero en esta grabación reconocidos músicos como Alaín Pérez, Luisito Quintero, Nelson Jaime Gazú, entre otros.

Tracks: Ya Llego; Siempre Pa’ Lante; Dame Otra Oportunidad; El Guiro No; Te Quedaras; Que Pena Me Da; Te Perdono; No Vengas A Decirme; Pensandolo Bien; Dentro del Alma; Dame La Mano

Integrantes: Jorge Cordero: vocales; Irina Alberdi: cocales; Griseli Bravo: vocales; Mick Cordero: piano; Yasser Morejon: bajo; Carlos Perez: trombon; Ola Åkerman: trombon; Lars Shuster: trompeta; Alexander Abreu: trompeta; Eliel Lazo: congas; Yannik Hartig: timbales
Jorge Eguez: bongo; Tony Moreaux: percusion

Por Roberto Carlos Luján

SDT, 2011

Sounare Orquesta

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Sounare Orquesta

Por Roberto Carlos Luján

La reciente aparición de un grupo de orquestas caleñas beneficia la escena salsera local, en términos cuantitativos y cualitativos, de lo cual no existe duda alguna. Sounare orquesta, fundada en 2009 debutó el 27 de marzo de 2010 en la salsoteca La Terrífica de Cali, cultiva la práctica de la salsa dura a partir de una serie de aspectos: géneros abordados, solos musicales y referencias populares presentes en sus textos, entre otros. Cuestión de golpe contiene algunas grabaciones de esta agrupación, la cual además de contar con el concurso de jóvenes músicos de la ciudad, ha invitado artistas internacionales (Yo soy la cárcel). El son montuno Quiero café (2009), obtuvo en poco tiempo el apoyo de la comunidad melómana de la ciudad. La adaptación e interpretación del número Guajira para los pollos –retiene la atención otorgada a la grabación original-, posee el sabor y la calidad exigida por los melómanos caleños a las agrupaciones de salsa de Cali. Salir bien librado del ejercicio de enfrentar un número clásico, seguro no es poca cosa. Cuestión de golpe incluye un DVD el cual registra la presentación del grupo en Cartagena, Colombia.

La Calle Rumba [soundcloud params=”auto_play=true&show_comments=true&color=0ac4ff”]https://soundcloud.com/sounare-orquesta/la-calle-rumba-sounare-2012[/soundcloud]

Tracks: 
Quiero Cafe; Se Calento La Esquina; Yo Soy La carcel; Guajira Para Los Pollos; La Calle Rumba

Musicos
Oscar Del Castillo: vocales y direccion
Richard Mondragon, Harold Aguirre: vocales
Julio Cortez: piano
Diego Londoño: bajo
Fernando Marin: bone
Francisco Castro: bone
Richard Stella: bone
Miguel Poveda: conga
Julian Duque: bongo
Fernando “Latino” Valencia: timbales

Sounare, 2012

The Real Deal Big Band

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El guitarrista y arreglista Willie Dalton dirige The Real Deal Big Band, una formación amplia con una sonoridad voluminosa e imponente, la cual presenta en este disco su presentación en directo en Kaleidoscope Sound, Union City en New Jersey, junio 28-29 de 2011. El inteligente abordaje y desarrollo interpretativo de Real Deal Big Band, se aprecia de principio a fin a través de la ejecución de un grupo de piezas musicales, revisitadas aquí y en infinidad de ocasiones por agrupaciones del jazz americano y latino. Destacamos las sabrosas versiones de Oye mi guaguancó y Tenderly. Willie Dalton y The Real Deal Big Band, exhiben un valioso esfuerzo por dar continuidad a la tradición interpretativa de las bandas grandes enfocadas en el jazz latino.

Tracks: 
Don’t Get Around Much Anymore; Milestones; The End of a Love Affair; If Ever I Would Leave You; Oye Mi Guaguanco; Giant Steps; A Night in Tunisia;  The Glory of Love; Maria; The Gypsy in My Soul; Tenderly; The Long and Short of It; Tonight; Theme from Banacek; Windows; Chombolero; Theme from the Silencers;  Yo Gertrude

Musicos
Kevin Bryan: Vinnie Cutro, Vinny Borselli, Rob Henke: trompeta
Conrad Zulauf, Erick Storckman, Dennis Argull
Mark Friedman, Craig Yaremko, Mike Lee, Dan Nigro: saxofon
Frank Elmo: saxofon y flauta
Mike Dilorenzo: piano
John Hughes: bajo
Frank Valdes: percusion
Karl Latham: bateria
Willy Dalton: guitarra

Second Step Music – 2012

Alfredito Rivera – Hecho A La Medida

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El cantante peruano Alfredito Rivera, residenciado en Denver, Estados Unidos desde 1989, presentó en 2011 el disco de salsa Hecho a la medida. Rivera Trabajó en Colorado con El Conjunto Colores dirigido por Francisco Mejías.
Hecho a la medida cuenta con la producción y dirección musical del cantante puertorriqueño Van Lester. Un selecto grupo de músicos de Nueva York participaron en esta grabación: Héctor “Bomberito” Zarzuela, Ite Jerez, Reynaldo Jorge, Lewis Kahn, Leopoldo Pineda, Joe ‘Profesor’ Torres, Víctor Venegas, Milton Cardona, José Mangual, Jr Harry Adorno, Willie Amadeo. Alfredito Rivera, con gusto y sabor, interpreta un grupo de canciones apoyado por el coro fantástico de Adalberto Santiago y Néstor Sánchez. El número Es pa’ compartir, nuestro corte favorito.

Por Roberto Carlos Luján

Tracks: 
Princesa del Amor; No Queda Nada; Fui Yo; Es pa Compartir; Niña; Que Te Puedo negar; Para usted

Musicos
Hector “Bomberito” Zarzuela, Ite Jerez: trompeta
Reynaldo Jorge, Leopoldo Pineda, Lewis Kahn: trombon
Joe “Profesor” Torres: piano
Victor Venegas: bajo
Milton Cardona: conga
Jose Mangual Jr.: bongo, campana
Harry Adorno: timbal
Willie Amadeo: maracas, guiro
Adalberto Santiago, Nestor Sanchez: coros
Lewis Kahn, Niki Matsoukas: violin

Van Lester Music – 2011

Carlos Jimenez Mambo Dulcet – Red Tailed Hawk

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El flautista, compositor y arreglista Carlos Jiménez regresó en 2011 a los estudios de grabación con el objetivo de presentar una nueva entrega discográfica denominada Red tailed hawk, en la cual contó con el concurso de músicos legendarios de la escena de Nueva York como Edy Martínez, Alfredo Valdés Jr, Orlando Marín y Sonny Bravo. Red tailed hawk nos presenta a Jiménez como cantante y pianista en algunos números. El repertorio trabajado en este registro discográfico presenta las interpretaciones de estándares del jazz (My one & only love) el jazz latino (Mambo terrífico) y la música cubana (Alma con alma, La playa El niche-), así como el mundialmente conocido Cachita, junto a las obras musicales del propio Jiménez. El cha cha chá, modalidad musical cubana, es la base interpretativa de algunos temas presentes en este disco. Participan también destacados músicos como Lewis Kahn, Pete Nater y Richie Viruet, entre otros. Red tailed hawk tiene la virtud de visibilizar la vigencia musical de los maestros. Por Roberto Carlos Luján

CJ Martinete – 2011

Tracks: Tanto Rogarte; Goza Nena; Tu Boquita Dulce y Maravillosa; Alma con Alma; Red Tailed Hawk; My One & Only Love; La Playa; Mambo Terrifico; Cachita; Tomando Cafe II

Integrantes: Carlos Jimenez: flauta y vocales; Eddy Martinez, Alfredo Valdes Jr, Sonny Bravo, David Cruz: piano; Orlando Marin, George Cintron, Guillermo Jimenez: timbales; Willie Cintron, Jaime Cruz: bajo; Lewis Kahn: trombon; Pete Nater, Richie Viruet: trompeta; Juan Rodriguez, George Martinez: congas; John Guth y Guillermo Perez: guitarra

Danny G Félix Proyect

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El joven y talentoso pianista, trompetista, compositor, arreglista y productor Danny G Félix Goodacre, procedente de Australia, apareció el año anterior en el mercado discográfico internacional con un proyecto personal en el cual intentó conciliar bajo un solo discurso musical interpretaciones de soul, R&B, pop, reggae, acid jazz, rap y timba, entre otras modalidades. Danny G Félix Proyect cuenta con un amplio y diverso featuring de artistas, los cuales aportan su talento interpretativo en cada intervención contenida en este registro. Los números Tú sabes (timba) y Experience (samba fusión con el grupo Samba Mundi), seguramente despertaran el interés de bailadores y melómanos de atención prolongada, respectivamente.

Tracks: Intro; Transformation; Hornilude; Can’t Stop; Classic Dream; Tu Sabes; Goin Away; In The Morning Light; Opening; 135th and Lennox; Goin all The Way; Yes Mana; can’t Sleep; Experience;

Integrantes: Daniel Felix Goodacre: teclados, trompeta; Anita Meiruntu, Ngaiire Joseph, Carlos Velasquez, Joseph Bowman: vocales; Marty Ferrugia, Nick Garbet: trompeta; Mikey Raper, Grant Arthur: trombón; Peter Farrar, Justin Fermino: saxofón; Hal Strewe: bajo; Dauno Martinez: bass guitarra; Dominic Kirk y Ross Ferraro: baterías; Joseph Littlefield, Sam Irevassi, Tiago de Lucca, Ben Panucci: guitarra; Giorgio Rojas: cajon

Por Roberto Carlos Lujan

Elegwa – 2011

Los Gatos

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Si nos hablan de música afro latina cultivada en Japón, nuestra referencia inmediata en la salsa se asocia a la orquesta La Luz, la agrupación de mayor nombradía de ese país, junto a Nettai Tropical Jazz Big Band en el jazz latino. Tokyo y otras ciudades japonesas han dejado de ser una exótica y rece

La expresión gato (cat), en el argot de los jazzmen, designa a todo músico. Los Gatos es un colectivo integrado por seis músicos con gran disposición y talento para la práctica del jazz latino. Estos jóvenes músicos provenientes de diferentes partes del mundo han decidido unir esfuerzos para desarrollar un interesante discurso musical, el cual se nutre de distintas influencias sonoras, con el acento y determinación de cada músico.

El repertorio de este disco se distingue por su carácter inédito, tan sólo un par de cortes pertenecen a la autoría del pianista fallecido Vince Guaraldi, destacándose la interpretación Christmas is coming, composición colectiva la cual merece una consideración aparte por su concepción y desarrollo. En esta pieza se ejecutan los tambores batá, los cuales unidos a la atmósfera selvática creada intentan remitir al oyente a una especie de travesía por el África, bajo una densa y trabajada métrica en 6/8.

El trabajo de composición, como las ejecuciones en el piano y la flauta recaen en Lenny Marcus, las cuales resultan definitivas en el éxito musical alcanzado por el grupo. Marcus, nativo de New Orleans, estudió con Ellis Marsallis -patriarca del Clan Marsallis-, lo cual contribuyó a su adecuada formación musical. Este pianista aporta cuatro números, los cuales le presentan en un plano protagónico sobresaliente con su ejecución pianística y flautística. A este respecto destacamos las piezas firmadas a su nombre como In the dark y Los lunes locos.

El disco no consigna información respecto a los arreglistas, seguramente Marcus es responsable de ese trabajo. El trabajo desempeñado por los percusionistas del grupo es sin duda de enorme importancia: Vladimir Espinoza (conguero cubano), Francisco Aranda (timbalero chileno) y David Sandoval (bongosero puertorriqueño), tres latinoamericanos en los cuales recae la responsabilidad de imprimir sabor y ritmo a la musicalidad del sexteto. Los músicos norteamericanos Jeff Hofmann (bajo eléctrico) y Chris Magge (trompeta), contribuyen de igual manera a la interesante conjunción sonora expuesta por el grupo. El sabroso corte Cosita bonita, cuenta con la participación del cantante invitado Sammy Cardona.

Por Roberto Carlos Luján

 

Tracks: 
Mambo At The M; Crazy Mondays, Philadelphia Mambo; Christmas is Coming; Mi Guaguanco; Sufro Por Ti; Bludan; Bonita; Cosita Linda; Donde Esta Esa Promesa

Musicos
Vladimir Espinoza: congas
Francisco Aranda: timbales
David Sandoval: bongo
Jeff Hofmann: bajo
Chris Magge: trompeta
Sammy Cardona: vocales
Lenny Marcus: piano y flauta

Lmj Records – 2005

Orquesta Caribbean Breeze – La Brisa Caribeña

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Orquesta Caribbean Breeze – La Brisa Caribeña

Por Roberto Carlos Luján

Si nos hablan de música afro latina cultivada en Japón, nuestra referencia inmediata en la salsa se asocia a la orquesta La Luz, la agrupación de mayor nombradía de ese país, junto a Nettai Tropical Jazz Big Band en el jazz latino. Tokyo y otras ciudades japonesas han dejado de ser una exótica y receptiva plaza para la música afro caribeña, en la actualidad existe una escena musical en la cual figura un número importante de agrupaciones identificadas con la interpretación de ritmos afro latinos. La orquesta Caribbean breeze evidencia, de manera específica, el creciente interés por la música cubana, su disco La brisa caribeña presenta versiones de números inolvidables como Son de la loma, Como fue y La gloria eres tú, entre otros. Caribbean breeze tiene la capacidad de convertir una suave brisa caribeña (escúchese Me voy pal pueblo y Mambo n° 5) en un viento huracanado, sabroso e interesante, siempre en clave (Mambo inn, Chucho y Rumba de cajón).

Chucho [soundcloud params=”auto_play=true&show_comments=true&color=0ac4ff”]https://soundcloud.com/solarlatinclub/chucho-orquesta-caribbean[/soundcloud]

Tracks: 
Son de La Loma; Me Voy Pa’l Pueblo; Mambo No. 5; Como Fue; Chucho; Vamos a Tocar; Bolingo; Popurri; La Gloria Eres Tu; Mambo Inn; Rumba de Cajon

Musicos
Minoru Ohtaka: trombon
Koichi Suzuki, Yasushi Gotanda, Isao Sakuma: trompeta
Yoshinori Nomi: bongo
Hiroshi Ishikawa: congas
Megumu Saito: guiro
Noboru Tagasugi: timbales
Kazutoshi Shibuya: bajo
Naoki Ichikawa: sintetizador
Noriko Kishi, Mitsuko Kawanishi: vocales
Yasuhiko Tsunoda: direccion

OCB – 2002

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