Si existe alguien con una historia cimentada y ganada a pulso en el mundo de la música afroantillana, en las últimas cuatro décadas, ése es el gran músico, arreglista, compositor y director de orquesta Irving Lara.
Originario de Las Choapas, Veracruz, Irving Lara, desde los diez años ha estado inmerso en la música. En 1970 ingresa al Conservatorio Nacional de Música y unos años después inicia una impecable carrera en el universo sonoro con sabor a caña y azúcar.
Sería imposible en este espacio enumerar y comentar su trayectoria y grandes logros, sólo mencionemos lo más sobresaliente. A mediados de los setenta pasa a formar parte de La Sonora Veracruz y posteriormente con el grupo La Justicia. Ya en los ochenta, conforma su propia banda: Irving Lara y su Quemazón. Con estas agrupaciones graba seis discos y realiza un sin número de conciertos y giras nacionales e internacionales. También toca en afamados festivales, en donde alterna con artistas de la talla de Irakere, La Orquesta de Enrique Jorrín, Los Van Van, Orquesta Aragón, Sonora Ponceña, entre muchos otros. De 1988 a 1998, El Rey del Sabor, como se le empezó a conocer, creó, ex professo, una virtuosa orquesta que acompañó, durante una memorable década, a otra majestad, a La Reina de la Salsa, doña Celia Cruz.
Durante su fructífera trayectoria el maestro Irving Lara ha participado (ya sea como pianista, arreglista, director de orquesta y en la grabación de discos) con: Eugenia León, Niurka, Tania Libertad, Marc Anthony, Manolo Muñoz, Daniel Santos, Celio González, Willie Colón, Oscar Chávez, Tito Puente, Carlos Lico, Maldita Vecindad, Amparo Montes, Johnny Pacheco, etcétera.
En los años recientes ha impartido clínicas musicales y fue parte fundamental, al lado del talentoso Enrique Nery, de la grabación del disco Con sabor a México de la Orquesta Big Band Jazz, entre otras actividades.
En Rumba Pa Ti, EL Rey del Sabor, conformó, armó, ensambló un trabuco orquestal con una sección espléndida de metales, una robusta dosis de percuciones, una presencia firme de voces soneras y por supuesto los acertados y novedosos arreglos, y su piano, como instrumento líder indiscutible. En el presente material fonográfico encontramos rumbas, merengues, salsas, guarachas y boleros, todos con el toque característico del músico veracruzano e impregnadas de un fresco y renovado jazz latino.
Para el maestro Irving Lara, las piezas que contiene este material discográfico, “alcanzan un alto nivel de intensidad y de ejecución, que sólo músicos experimentados y poseedores de un gran talento pueden ejecutar al cien por ciento”.
fuente: Sonidos De Mexico
